
El fútbol se empezó a jugar en 1863, en Inglaterra bajo las reglas de la Football Association. A la Argentina el deporte entró en la última década del siglo XIX. Desde que llegó fue un fenómeno de multitudes y todos los niños en las calles, en los barrios y en los parques lo juegan. Lejos estaba de ser lo que es ahora, un gran negocio, quizás el deporte que deja más plata en el mundo.
El futsal se inicia en nuestro país en la década del 50 y como el fútbol a medida que avanza se hace cada vez más profesional. Cuando los primeros equipos empezaron a jugarlo lo hacían por amor al arte, ahora los mejores jugadores cobran un viático o premios por partido ganado. Lejos están las multimillonarias sumas que se pagan en cancha de 11 pero cada vez se gana más practicando este deporte.
Muchos jugadores argentinos juegan en Italia o España donde hay un nivel mucho mayor y el deporte es profesional. Esto quiere decir que todos tienen contrato. Por poner un ejemplo en la Serie A de Italia un jugador normal puede llegar a cobrar alrededor de 5000 euros por mes, lo que equivale a 20000 aproximadamente. Aunque en la primera tanto de la “Azzura” como de la “Furia” son pocos los elegidos que llegan a jugar, la mayoría lo hace en el ascenso.
Argentinos en el exterior se destacan: Matías Lucuix que es el único que juega en la División de Honor de España y la última fecha hizo un gol para contribuir a la victoria de su equipo por 6 a 3 de visitante frente al Reale Cartagena. En Italia destaca Leandor Parrota (ex Barracas) que ascendió a la C1 con su equipo: el Prato Rinaldo. Sin dudas el destino más exótico es el de Luis Nica que juega en el Salmiyah de Kuwait.
El fútbol de sala se está profesionalizando cada vez más, si bien acá casi todos los jugadores trabajan o estudian. Antes era ilógico pensar que un practicante de futsal gane plata como en la década del 20 lo era que un jugador de fútbol lo haga.
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