En Argentina, el Polo es un deporte donde generalmente se pueden encontrar en las formaciones de los distintos equipos, los mismos apellidos. Esos apellidos ilustres se encuentran sin hacer ningún tipo de esfuerzo. Harriot, Pieres, Dorignac, Heguy, Duggan, Cambiaso, Tanoira y muchísimos más están ahí, grabados y dando un prestigio inimaginable.
Ni el mismo Francisco Ceballos, creador de esta competencia en 1929, pudo haber supuesto hasta donde llegaría este torneo tan federal que posee el polo argentino.
Como siempre, y desde que el polo es deporte en la Argentina, la sucesión de apellidos, se va dando a traves de las generaciones.
Hoy en día, hay numerosos apellidos ilustres entre los pequeños protagonistas: Merlos (jugaron Juan Cruz y Segundo, respectivos hijos de Juan Ignacio y Sebastián), Novillo Astrada (Justo y Cruz, cuyo padre es Eduardo -h.-), Araya, Lalor, Tanoira, Alberdi, Garrós, Grahn, Goti, Uranga… Y presencias destacadas, como las de Bartolomé Castagnola, Alberto (h.) e Ignacio Heguy, y hasta Hugo Biolcati, el presidente de la Sociedad Rural Argentina.
Por ejemplo, se juega la copa Los Potrillitos y la Mini Potrillitos, que esta vez aglutinaron alrededor de 30, 20 y 10 cuartetos respectivamente con topes de 14, 11 y 9 años.
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