(por Claudio Ghilino)- La marca es el vehículo a través del cual se da a conocer todo lo que somos, que hacemos, como y porque. Con ella se transmite entre otras cosas, una visión, muchos valores, algunas promesas y demasiados atributos. La marca es todo. Y dentro de ese todo, se combinan estratégicamente los elementos necesarios para definir quiénes somos, y adonde se quiere llegar, o al menos, intentar llegar. La marca debe grabarse a fuego.
Y lo importante es entender que cada acción, comunicación y/o estrategia que se hace con una determinada marca, nunca podrá ser borrado. No existe la posibilidad de corregirla, cada paso que se da, debe ser bien pensado, analizado y llevado a cabo profesionalmente.
El verdadero valor de la marca, es el que tiene que ver con la información, con el planeamiento estratégico, con la visión a mediano y largo plazo, con la importancia de la gestión y de las negociaciones. Todo esto influye directamente en la construcción de la marca y en la credibilidad de las empresas.
Y desde ya en la industria del Polo, el reconocimiento de las marcas y su posicionamiento tiene el mismo valor que cualquier otro producto. Sin dudas es comunicar en un nicho, que tiene un valor muy importante.
LA DOLFINA
Adolfo Cambiaso ha logrado construir, por sus logros deportivos, su nombre en una marca de muchísimo valor. Es así que lleva el nombre de su campo y de su equipo de polo, a ser una marca de productos de consumo masivo como lo es el textil.
LA ELLERSTINA
El apellido Pieres se relaciona con la Ellerstina, y para muchos es el caso emblematico del marketing en el olo. Este es otro claro ejemplo de excelencia en todos los negocios que desarrollaron. En primer lugar esta su club de polo, ubicado dentro de los primeros del mundo por contar no soo con gran cantidad de caballos, sino tambien por sus instalaciones de primer nivel.
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