Juan Manuel Fernández: El futuro en el presente

(Por Milagros Cibeira) - No hay dudas de que estamos en el auge del básquet made in Argentina, el seleccionado es campeón en cada torneo que se presenta, ya no conoce de Dream Teams y desplega un juego excepcional. Los Ginóbili, Oberto, Scola, Nocioni o Delfino son los protagonistas de esta “Generación de Oro”, que tantas alegrías nos dio, pero que poco a poco se renueva.



Aunque no hay que preocuparse, porque todavía hay muchos jugadores en la cantera que no sólo reemplazarán sino que superarán a éstas grandes figuras. Pero la gran promesa del básquet argentino tiene nombre y apellido: Juan Manuel Fernández.





Juan Manuel llegó al mundo hace 19 años, cuando el frío invierno visitaba la ciudad de Río Tercero (Córdoba).Es hijo de Gustavo “Lobito” Fernández, base todoterreno que jugó 16 temporadas en la LNA y cosechó 5 títulos. Él fue quien le inculcó el amor por este deporte cuando no era la “moda” cómo lo es ahora en los niños de edad primaria. De pequeño defendió la camiseta de Boca, Estudiantes de Olavarría, Atenas y 9 de Julio, dónde hasta pudo jugar con su padre. Su 1.93 mt y su capacidad de pensar y leer del juego, llevaron a que los entrenadores de los seleccionados juveniles confiaran en él para conseguir grandes cosas. Y no se equivocaron, Juan Manuel fue figura en la Selección que ganó el Panamericano Sub 18 de Formosa derrotando en la final a la cuna del basquet, Estados Unidos. También dejó una gran imagen en el Mundial U19 disputado en Nueva Zelanda.


“Es muy inteligente. Es un proyecto muy bueno y tiene un potencial parecido al de Pepe Sánchez”, declaró Julio Lamas, entrenador de Libertad. No sólo él quiso incorporarlo a sus filas sino también Barcelona intentó reclutarlo. Pero Juan Manuel eligió otro camino, quizás no el más corto sino el que lo hará llegar más lejos. Aceptó la propuesta de la Universidad de Temple que juega en la dura liga NCAA, siguiendo los pasos de su referente Juan Ignacio “Pepe” Sanchez.
Arribó a Philadelphia recomendado por su ídolo, con el sabor agridulce de dejar a su familia y su país a tan corta edad pero con la valija llena de ilusiones y ganas de progresar. No sólo fue recomendado por Pepe, sino que también le fue asignada la camiseta nº4 haciendo así suspirar a los más nostálgicos seguidores de Temple que habían vibrado con las actuaciones de Sánchez. Pero el alumno superó al maestro, con sus brillantes pases y triples ganó dos títulos de conferencia con los Owls y fue elegido MVP, jugador más valioso del torneo.


Sin embargo, esto es sólo el comienzo del gran futuro que le espera no sólo a Juan Manuel Fernández como jugador, sino también a la Selección, porque el semillero sigue vivo y tenemos un excelente profesional que mantendrá bien en alto a la Argentina dónde quiera que vaya.


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